Betty y Javi llevaban años con una web sin contenido. Motivados por su 30 aniversario, decidieron dar el paso. Nos pidieron diseñar su nueva web como parte de esa celebración. Lo tuvimos claro: no se trataba solo de mostrar un restaurante, sino de narrar una historia. Diseñamos una versión conmemorativa de su logotipo, incorporando el lema “30 años cocinando en familia”, trabajamos cuidadosamente el copywriting respetando su tono, sus palabras, su forma de hablarle al cliente. Realizamos una sesión de fotografías del salón y detalles del espacio para capturar la esencia del lugar, su luz, sus detalles evitando imágenes genéricas o de stock: queríamos que quien llegara a la web sintiera la atmósfera real de La Butaca de Betty.

Hoy, La Butaca de Betty tiene presencia digital, y eso se nota. Muchos clientes que les habían perdido el rastro han vuelto a visitarlos. Porque ahora su web, como su cocina, cuenta quiénes son y por qué vuelven quienes ya los conocen.

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